Este nuevo trabajo, el número 102 de la colección Actualidad, examina en detalle la crisis del orden internacional en el ámbito energético, explorando sus antecedentes y posibles consecuencias. En particular, analiza las potencialidades de Andalucía para fortalecer la seguridad energética de Europa en un contexto de crisis internacional.
La investigación se centra en el papel estratégico de la región como punto de interconexión entre Europa y África, así como su capacidad para contribuir a la diversificación del mix energético. Además, se estudia la función de Andalucía como ruta de tránsito para productos energéticos, identificando diversas alternativas para aprovechar estas oportunidades y enfrentar los desafíos futuros.
Los autores Guillermo López Rodríguez, doctor en Ciencias Políticas y José Carlos Hernández Gutiérrez, graduado en Ciencias Políticas y de la Administración en la Universidad de Granada, abordan estas cuestiones mediante una exhaustiva revisión de fuentes secundarias, que incluye literatura especializada, informes de diversas organizaciones y datos cuantitativos. Esta revisión sienta las bases para un análisis prospectivo destinado a mitigar la incertidumbre sobre el futuro.
La presente investigación supone una oportunidad para explorar el rol de la región de Andalucía en un contexto internacional cada vez más incierto. Retos como el cambio climático, el estrés hídrico y la transición energética, sumados a cuestiones como el replanteamiento de un modelo económico postindustrial, contribuyen a justificar el interés de este documento. En el caso de los Estados miembros (EEMM) de la UE, entre los que se encuentra España, se puede apreciar un alto grado de dependencia en el suministro y abastecimiento energético que puede tener consecuencias políticas y económicas que condicionen a las generaciones futuras.
En este contexto de pugnas geopolíticas y transición energética, esta investigación estudia a partir de datos procedentes de la Agencia Andaluza de Energía las principales fuentes energéticas en Andalucía, así como la evolución de los niveles de consumo e infraestructuras. Se articulan dos escenarios principales: el primero refleja la interacción de tendencias político-administrativas, climáticas o sociales en un contexto similar al actual donde se combinasen fuentes renovables y no renovables.
El segundo escenario analiza un contexto en el que se ha producido una extensión de las fuentes renovables pero que presenta problemas derivados del acceso a los componentes minerales. Ambos escenarios reflejan la relevancia del apoyo político a la promoción de una transición energética sostenible y progresiva, incidiendo en la importancia de la autosuficiencia.