Desde los inicios del siglo XVI y, de manera más intensa, desde finales del siglo XIX, distintas olas emigratorias han marcado la vida de los andaluces a resultas de los procesos generales conocidos hoy como "modernización" y "globalización". Hasta bien entrado el siglo XIX, los movimientos migratorios solían tener un fuerte componente estacional y un radio de corta y media distancia, determinado por las cosechas y los trasvases entre mercados laborales locales o comarcales. En esa coyuntura, obtener una licencia para las Indias no dejaba de ser una corriente singular. De hecho, hasta la citada fecha, Andalucía fue una tierra más de inmigración que de emigración, como lo atestiguan las colonias de montañeses, gallegos, vascos, italianos o franceses radicadas en los puertos de Sevilla, Cádiz y Málaga al socaire del comercio colonial con América. Sin embargo, las décadas de 1880, 1940, 1960 y 2010 señalaron, y señalan, a varias generaciones de andaluces con la experiencia de la emigración.
El nuevo dosier de la revista Andalucía en la Historia, en su número 46 (octubre-diciembre de 2014), recorre las distintas etapas y destinos de los emigrantes andaluces en el exterior, en un número coordinado por el profesor de la Universidad de Huelva y miembro del Centro de Investigación de las Migraciones, Francisco Contreras Pérez. El monográfico, en el que participan ocho especialistas, explica las causas y consecuencias de las migraciones, y se detiene en algunos relatos de vida de quienes emigraron a Indias en época colonial; a Argentina, Uruguay, Brasil, e incluso a Hawai, a finales del ochocientos; a Argelia entre 1830 y 1900 (principalmente almerienses que se enfrentaron a durísimas condiciones laborales); al Cono Sur tras la Guerra Civil y a Suiza, Alemania y Francia en los años sesenta del siglo pasado.
Los movimientos migratorios suscitaron polémica pública y política, generaron nuevas formas de negocio para otros e interesaron al poder, que se apresuró a clasificar, administrativa y moralmente, toda emigración en deseada o indeseada, espontánea o artificial, legal o clandestina. Pero sobre todo, estos movimientos masivos de población marcaron individual y colectivamente a las sociedades de llegada y de salida; es decir, tuvieron (y tienen) un rostro humano que se puede rastrear en las cartas y en la memoria oral de quienes encontraron amparo en otras latitudes. Un perfil que Andalucía en la Historia ofrece a sus lectores en este dosier estructurado cronológica y temáticamente.
Asimismo, en sus apartados de artículos sueltos y secciones fijas la revista incluye textos de temas muy diversos como el parque arqueológico de Torreparedones, la conocida como "ley de holgazanas" de Córdoba; el milenio de Almería; el entierro de los Reyes Católicos en Granada; las prácticas lectoras de las mujeres en la Edad Moderna; el viaje de El-Rogui a Granada a comienzos del siglo XX; la Quinta Columna en Almería y el centenario de la publicación de Ideal Andaluz de Blas Infante.
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