La llegada de Andalucía en la Historia a su quinto año de vida parece señalar una cierta de edad. En este tiempo, el proyecto de una revista para la divulgación de la historia andaluza, puesto en marcha por el Centro de Estudios Andaluces y diseñado y dirigido por José Calvo Poyato, ha consolidado su estructura, ha definido sus contenidos, ha perfeccionado su grafismo y, sobre todo, ha ampliado el número de lectores y de suscriptores, enraizándose en todas las provincias de la región.
Ahora, ha llegado la hora del relevo del equipo que ha presidido su primera andadura, por más que se ha optado por la continuidad, como se manifiesta en la permanencia de algunos de los miembros del consejo editorial (entre ellos su nuevo director), en el mantenimiento del mismo esquema en la oferta de temas centrales, artículos y secciones (con tan sólo algunas modificaciones que son fruto de la atención a la demanda social detectada) y en el deseo de conservar la misma ilusión y el mismo afán de servicio a la comunidad andaluza.
En coherencia con tales premisas, este número 15 presenta una serie de artículos que trata de equilibrar las distintas épocas del pasado con los diferentes espacios geográficos, así como las secciones habituales, donde puede observarse una mayor atención a la información crítica sobre las publicaciones relativas a la historia andaluza que se intentará prolongar en el futuro.
El tema central elegido es el de las hermandades andaluzas del Antiguo Régimen. Las hermandades son asociaciones nacidas en un mundo marcadamente confesional con un doble propósito piadoso y caritativo y que constituyen una de las formas más difundidas de esas nebulosas de solidaridad características de la Europa moderna. Así, bajo el timón de uno de los máximos especialistas españoles en el tema (David González Cruz, de la Universidad de Huelva) y con el concurso de otros prestigiosos investigadores andaluces (Marion Reder, María José de la Pascua y Miguel Luis López-Guadalupe, de las universidades de Málaga, Cádiz y Granada respectivamente), se nos presenta un extenso panorama del proceso de formación de estas hermandades, así como de sus actividades asistenciales (que trataban de cumplir con las tópicas obras de misericordia: dar de comer al hambriento, vestir al desnudo o enterrar a los muertos) y de sus funciones cultuales, entre las que desempeñaban un papel destacado las procesiones, ya fueran penitenciales, ya fueran de gloria, ya se celebrasen durante la fiesta del Corpus, ya durante la Semana Santa. Como claramente se deduce, una manifestación fundamental de esa religiosidad popular unas veces superpuesta, en obligada convivencia, otras veces, por el contrario, incluso en larvado conflicto con las formas predicadas por las autoridades eclesiásticas. Un fenómeno que no sólo contribuyó a dibujar las líneas de la sociabilidad de los tiempos modernos, sino que perdura hasta hoy en el seno de los pueblos y las ciudades de Andalucía
L | M | X | J | V | S | D |
---|---|---|---|---|---|---|
1
|
2
|
3
|
4
|
5
|
6
|
|
7
|
8
|
9
|
10
|
11
|
12
|
13
|
14
|
15
|
16
|
17
|
18
|
19
|
20
|
21
|
22
|
23
|
24
|
25
|
26
|
27
|
28
|
29
|
30
|
31
|