El Centro de Estudios Andaluces publica “La sociedad andaluza del siglo XXI”, obra coordinada por el sociólogo Antonio M. Jaime Castillo, en la que se incluye una selección de las ponencias pronunciadas en el marco del IV Congreso Andaluz de Sociología, celebrado en Carmona en 2008, bajo el lema “Cambio y Diversidad”. Lejos de ser un resumen de las actas de este Congreso, el Centro de Estudios Andaluces ha pretendido con esta recopilación trasladar a la sociedad andaluza un conjunto de reflexiones de científicos sociales sobre diferentes retos y desafíos que Andalucía tiene planteados en un futuro próximo.
Se trata, en definitiva, de un ejercicio de análisis colectivo en el contexto de las tendencias generales de cambio y diversidad. Según Jaime Castillo, “el enfoque analítico tradicional en el estudio de Andalucía, orientado tradicionalmente a la explicación de las causas del subdesarrollo histórico de la región, ha dejado de ser válido en todos sus aspectos, debido a la rapidez con la que se han desarrollado los cambios asociados al proceso de modernización”. Esta obra pretende presentar ante una audiencia, no estrictamente académica, una visión sobre aquellos fenómenos de escala global que afectan y se manifiestan de diferentes formas en el ámbito andaluz.
Las veinte ponencias seleccionadas responden a temas de relevancia para la sociedad, algunos de cuales son tratados ampliamente y desde diferentes perspectivas, dada la importancia que han adquirido para Andalucía en tiempos recientes, como el caso de la inmigración, una cuestión que se aborda desde diversos puntos de vista: integración de los inmigrantes marroquíes, reagrupación familiar, integración de los alumnos en el medio escolar…
El libro comienza abordando la cuestión de los cambios en las pautas de consumo y el problema de la definición de las identidades. Desde una perspectiva teórica y empírica, Juan Carlos de Pablos y María Dolores Martín-Lagos analizan, respectivamente, el proceso de ensalzamiento del lujo en el consumo de bienes y servicios en las sociedades contemporáneas y la evolución de este proceso en las sociedades europeas. Según los investigadores, esta pauta se explica, por una parte, por el acceso a los bienes de consumo por amplias capas de la población y, por otra, por los cambios culturales que han provocado una redefinición del valor atribuido a los bienes como símbolos de estatus.
Una cuestión estrechamente relacionada con las pautas culturales es la definición de las identidades sociales. Esta cuestión es abordada por Rubén Lasheras, que analiza la influencia de la religión como factor que configura las identidades sociales. El autor explica cómo la religión se puede convertir en un elemento facilitador de la integración y la comunicación entre culturas diferentes, al tiempo que identifica los elementos de la práctica religiosa que se pueden convertir en un obstáculo para la integración.
A continuación sigue un bloque de capítulos que aborda la cuestión de los valores y actitudes en la sociedad andaluza. Se incluyen en este grupo las reflexiones de Mercedes Camarero sobre el efecto del capital social en el sistema productivo andaluz; el análisis de Eduardo Bericat y Elena Martín en torno al proceso de cambio cultural en Andalucía; o los capítulos que tratan específicamente sobre las conductas medioambientales de los andaluces (Ángel Valencia, Manuel Arias y Rafael Vázquez) o las actitudes hacia la eutanasia (Dolores Sesma, Julia Ranchal y Rafael Serrano del Rosal).
La inmigración es el tema tratado en el siguiente bloque de capítulos. El dirigido por Gonzalo Herranz de Rafael aborda las estrategias de inserción laboral, social y familiar entre inmigrantes de diferentes nacionalidades en la provincia de Almería. Herranz de Rafael concluye que estas estrategias varían considerablemente según la nacionalidad de los inmigrantes, debido a tradiciones culturales y a las estructuras familiares predominantes en los países de origen. Por su parte, Sofía Pérez de Guzmán se centra en el caso específico de la integración de los inmigrantes marroquíes. La autora considera que la plena integración de este colectivo está muy condicionada por los estereotipos de la población autóctona que, a su vez, generan una auto-imagen negativa de los propios inmigrantes, que se sienten desplazados dentro de la sociedad de acogida.
Desde otras perspectivas, se incluyen reflexiones sobre el fenómeno de la interculturalidad (Alberto Rivas); los movimientos migratorios hacia los ámbitos rurales (María José Morillo y Joaquín Susino); los procesos de reagrupación familiar en el ámbito de la inmigración (Rosalina Alcalde); y la integración de los alumnos inmigrantes en el medio escolar (Ignacio R. Mena).
Finalizado el bloque dedicado a inmigración, siguen dos capítulos dedicados al comportamiento electoral en Andalucía. Teresa Mata analiza los elementos retrospectivos y prospectivos en el voto de los andaluces en las últimas elecciones, concluyendo que, aunque la ideología sigue manteniendo un peso importante en la explicación del voto, en los últimos tiempos se ha producido una personalización de la política, de forma que los electores asignan la responsabilidad política esencialmente a los propios líderes políticos. Por su parte, José Antonio Cerrillo estudia la utilización de las nuevas tecnologías de la comunicación en las campañas electorales, tomando como estudio el caso de las últimas elecciones municipales en Córdoba.
El libro se cierra con un grupo de capítulos que estudian otros temas como la viudez (Rubén Martín, Patricia Barbadillo, María Victoria Gómez y José Eduardo Molina); la formación para el empleo en las empresas (Rafael Martínez, Juan Carlos Prior y María José Martínez); el fenómeno de la neorruralidad (José Antonio Pérez, Marcelo Sánchez-Oro y Oscar Muñoz); y el conflicto de usos en los espacios rurales (David J. Moscoso).
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