¿Qué imagen construyen de Andalucía los medios de comunicación a diario? A pregunta tan compleja trata de dar respuesta el libro ‘La imagen de Andalucía en los informativos de televisión en España’, para lo cual su autor, el antropólogo y etnógrafo Fernando C. Ruiz Morales ha analizado los telediarios nacionales de mayor audiencia (Antena3, Telecinco y TVE1) durante un periodo de tiempo al objeto de rastrear cómo se trata o perfila la realidad andaluza desde la capital de España.
El estudio es lo suficientemente testimonial como para corroborar que los telediarios nacionales, en general, siguen alimentando los tópicos sempiternos que se asocian al ser andaluz, cuando no reducen la realidad del día a día de Andalucía a poco más que unas noticias graciosas, de sucesos o deportivas. Éstas y otras conclusiones fueron expuestas ayer por la mañana durante la presentación del volumen, editado por el Centro de Estudios Andaluces en su colección ‘La imagen de Andalucía’, en la Facultad de Comunicación. Y en su misión de sintetizar los resultados del libro, el autor estuvo arropado por el director gerente del citado centro, Alfonso Yerga, el vicedecano de Estudiantes de la Facultad de Comunicación, Ángel Acosta, y por el popular periodista y presentador del informativo de la tarde de Cuatro Iñaki Gabilondo, quien hiló una intervención muy comprometida y esclarecedora acerca de un asunto tan delicado.
Gabilondo glosó a Einstein al traer a colación su cita “es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”. En consecuencia, dijo que “Andalucía se pregunta por qué su imagen no se ajusta a su realidad como España lo hace con respecto a su papel en el mundo”. “Con ese pequeño instrumental que integran los lugares comunes y las primeras impresiones se mueve el ser humano corriente por la vida. Vivimos muy a prisa y tendemos a fatigarnos lo menos posible, y de ahí proviene nuestra tendencia a etiquetar, a reducir la realidad”, argumentó el periodista, quien como antídoto de ese enfoque reduccionista instó a los andaluces, empezando por la clase política, a aparcar sus diferencias cuando se trate de defender Andalucía de puertas hacia afuera. “Hay que luchar contra ese tópico tan potente que alude a la Andalucía asociada al anafalbetismo, a la España negra, a lo pintoresco y lo ‘grasioso’, al atraso perpetuo”. “Pero también –alertó- contra ese conservadurismo, porque en buena medida, la batalla de España, y la de Andalucía, se libra aún entre la España cañí y la España de la Ilustración. Ha habido un pensamiento conservador que ha impuesto una estrategia interesada según la cual el progreso es sinónimo de pérdida de raíces o esencias, cuando el progreso no es por sí enemigo de nada”. Y apostilló: “Me enfado y me pongo muy nervioso cuando afloran los tópicos. Es hora de esforzarnos en librarnos de ellos, por difícil que sea la tarea”.
Y la verdad es que esa tarea se retroalimenta tanto desde Andalucía como desde fuera. Desde dentro, como apreció Gabilondo, “hay que evitar que los andaluces se erijan en picadoras en las que triturar con guasa, desdén y pitorreo cualquier buena idea de otro andaluz”. Y desde fuera, hay que denunciar la realidad sesgada que un medio de comunicación tan potente para la configuración de identidades colectivas como es la televisión ofrece a diario de la región. Máxime cuando se constata, como subrayó ayer en la presentación Alfonso Yerga, que “este estudio corrobora que la imagen que se da de nuestra tierra en los telediarios nacionales es demasiado simplista”, lo que choca frontalmente con la realidad que se palpa por estos lares, que apunta a una Andalucía con mucho pasado, con no poco presente y con un futuro prometedor y pleno de posibilidades.
El autor del libro, el antropólogo Ruiz Morales, aportó los datos claves en que se anclan sus consideraciones, como la que remite a que, en los telediarios nacionales, “los andaluces no salimos todo lo bien parados que merecemos”. El retrato robot del andaluz sobredimensionado por el altavoz televisivo es el de siempre: ignorante, pasivo, sensible frente a razonador, agradecido, con poca iniciativa… Y por ende, Andalucía, pese a su innegable peso en el conjunto del Estado, sigue estando “subrepresentada, con dedicación casi subsidiaria en cuanto al tiempo que ocupa en los informativos”. Deportes y sucesos son los únicos temas que hallan acomodo en las escaletas nacionales, siendo la comunidad silenciada en cuanto a productora no ya de noticias culturales o económicas, sino políticas. “Los propios andaluces reciben el mensaje de que carecen por completo de personalidad política, incluso de instituciones activas en este campo, con lo que asistimos a una simplificación extrema de la realidad política andaluza”, certifica el autor. Y por el contrario, se exacerba lo cómico, el chiste fácil, la ocurrencia de un andaluz equivocándose diez veces ante la cámara.
Por último, Ruiz Morales alentó a profundizar en “mi estudio introductorio”, sabedor de que el método puede dar mucho más de sí y puede ser un buen test para controlar y exigir responsabilidades por la imagen a veces esperpéntica, a veces sensiblemente apocada o hasta silenciada que de esta tierra se vierte a través de los medios nacionales.
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