Manutrillo (Sevilla, 1975) es biólogo, fotógrafo y cineasta. Su documental ‘Quivir', que ha ganado el primer premio IMAGENERA 2014, muestra la historia de Germán y Driss, dos capataces corcheros que tienen el mismo oficio en Andalucía y en Marruecos. Ambos personajes comparten, además, una identidad que nace desde el vínculo vital que les une a unos frágiles bosques de alcornocales en peligro de extinción.
P: ¿De dónde surge la idea de hacer este documental?
R: En 2006 empecé a hacer una serie de reportajes fotográficos por la creación de la primera Reserva Intercontinental de la Biosfera Andalucía-Marruecos, creada por la UNESCO, en el proyecto MaB, Man and Biosphera. Son reportajes donde se muestran, a modo de espejo, Andalucía y Marruecos como uno solo. Encuentro dos grupos de corcheros, de un sitio y de otro, y de ahí surge la idea: de mi experiencia en el campo en ambos lugares. Y por supuesto del sentimiento que tengo hacia Marruecos, donde me siento como en casa, y de pensar que es una buena idea para mostrar y compartir con la gente, sobre todo con los que tienen muchos perjuicios hacia esa tierra.
P: ¿Qué quiere contar con 'Quivir'?
R: No me gusta hablar del documental en sí ni de lo que persigo ya que el planteamiento es que sea muy abierto a interpretaciones, que cada uno coja el hilo por donde quiera o por donde toque, no soy nada de adoctrinar. Pero sí es verdad que de alguna forma la intención es mostrar que las diferencias entre un lugar y otro no son otra cosa que los ritmos que les marca el sistema en el que estamos metidos.
P: De hecho, son los protagonistas los que hablan y cuentan la historia.
R: Es la idea que tengo de abordar el documental. Dentro de la fotografía documental se trata de que el autor desaparezca de la foto y de mostrar la realidad de la manera más limpia y directa posible para que el propio espectador interprete lo que está viendo. Aunque tiene algo de trampa decir que es una realidad que no está manipulada ya que en el documental, aunque de forma muy sutil, se muestra una realidad que me he inventado. He puesto en común a dos grupos de corcheros sobre un abordaje de concepto en el que quiero crear dos mundos como uno.
P: Las imágenes nos acercan esa realidad desde un punto de vista muy cercano, ¿cómo lo ha conseguido?
R: El documental está grabado íntegramente con un objetivo fijo de 35mm. Esto quiere decir que para sacar un primer plano hay que estar muy cerca, a tres cuartas de lo que estás filmando. Y esto implica la aceptación de las personas que aparecen con las que se crea un vínculo afectivo que se transmite a lo largo del documental. Es como si te vas de viaje y haces todo el camino sin pasar de 60 kilómetros por hora. Sabes que vas a llegar, vas a tardar más, pero vas a disfrutar mucho más el camino.
P: El ritmo de la narración también va de menos a más. ¿Ha sido muy complicado el montaje?
R: Ha sido un montaje bastante intenso y duro con una gran profesional como es Mercedes Cantero. En su día se planificó como un mes de montaje pero al final fueron más de dos meses y medio, de visionados, previsionados y retoques. No puedo decir cuánta gente pudo ver el documental durante el proceso de realización... Sabíamos que era una historia que tenía que tener mucho dinamismo y ritmo pero también que era mucha la información que hay metida en este documental en lo que se refiere a historias paralelas y transversales a lo que estás viendo. Para que no fuese una cosa tensa a nivel de contenido costó mucho.
P: ¿Cuánto tiempo ha empleado en este proyecto?
R: El montaje de postproducción de la historia han sido dos meses intensivos pero las grabaciones han durado cinco años. Antes sacamos otro documental, ‘Nosotros los hombres del corcho' que tiene una visión totalmente etnográfica y antropológica con mucha información sobre corcheros marroquíes y andaluces. Durante estos cinco años hemos recabado entrevistas, nos hemos metido en las vidas de unos y otros. En ‘QUIVIR' el corcho es como una excusa pero de fondo está la dignidad del trabajador del campo.
P: El documental tiene mucho de antropológico pero también habla de otras muchas cosas.
R: Así es, el coguionista es Agustín Coca, antropólogo de la Universidad Pablo de Olavide. QUIVIR es un relato de etnografía y de antropología pero estamos hablando de un relato que habla de la mundialización, que habla de esas personas en el mundo en el que viven ahora, no es una etnografía en el sentido clásico, sino que se habla de conservación. El trasfondo que hay es la conservación de los medios naturales unida a la dignidad del trabajador en el campo.
P: Tras enfrentar ambas realidades Andalucía y Marruecos, ¿cree que se parecen o se diferencian en muchas cosas? ¿Qué conclusiones saca?
R: Aunque en el proceso de documentación siempre hay cuestiones que te pueden cambiar, en este caso tenía las conclusiones. Llevaba tanto tiempo conociendo a un grupo y a otro que ya las tenía. Necesitaba ponerlas en pie para que el espectador urbano las entendiera. Una de las conclusiones más importantes es que son el mismo tipo de personas lo que ocurre es que las realidades cambian a los ritmos a los que se ven sometidos por el sistema en el que vivimos, un sistema mundializador, donde todo se mueve, mercancías, precios... todo menos la personas.
P: Ha sido premio IMAGENERA este año. ¿Qué le parece este tipo de iniciativas?
R: Es una iniciativa digna de alabanza y sobre todo que haya sido capaz de premiar este documental, no porque sea el mío, sino porque si estamos hablando de la memoria de Andalucía, lo que está mostrando QUIVIR no solo es la memoria sino el presente y el futuro de Andalucía. Siempre que hablamos de nuestra tierra evidentemente la mostramos como una tierra de innovación, de modernidad, pero no hay que olvidar, rechazar y sobre todo poner en valor el paisaje mediterráneo que se conserva gracias al trabajo y a la tarea de esta gente de campo. Con este premio IMAGENERA se le ha dado voz en primera persona a los hombres y mujeres del campo andaluz.
P: ¿Qué le parece que la entrega de premios sea en el Festival de Cine Europeo de Sevilla?
R: Es una idea perfecta que el premio se entregue en Sevilla y en el marco de su festival más importante. Que un trabajo realizado en Andalucía tenga cabida en el festival es fundamental y sobre todo que se ponga en valor la iniciativa del Centro de Estudios Andaluces que está trabajando en el tema desde hace mucho tiempo.
P: ¿Qué otros premios ha logrado Quivir?
R: Ganó en Cine España, en el Festival de Cine Español de Tolousse y ha sido seleccionado en muchos lugares, más dentro que fuera de nuestro país, en lugares donde la sensibilidad hacia la conservación se aborda desde lo social y desde los problemas sociales. El documental está teniendo algunos problemas a la hora de promocionarlo en festivales porque o bien hay tema social o tema ambiental. Y en QUIVIR no hay diferenciación entre ambos, sino que todo es lo mismo. En lugares como Finlandia, Alemania, República Checa, lo están seleccionando en festivales medioambientales porque hay una sensibilidad más allá de los años 80 del pajarito y del árbol. Hace unas semanas estuve en el festival internacional de documental de Al Jazeera en Doha (Qatar) y de cincuenta documentales quedó entre los tres finalistas dentro de la categoría de mejor fotografía. Creo que es todo un logro. Espero que le quede mucho.
P: ¿Cuál es el recorrido de un documental de estas características?
R: El recorrido que tiene es intentar jugar bien la partida, lo que conlleva llevarlo por los festivales, que te den algún premio y que ello te dé la posibilidad de conseguir otro. Una vez que ha realizado su recorrido por festivales quedan las televisiones. Hay muchas posibilidades porque es un tema que aborda el Mediterráneo, relaciones norte-sur y muchas televisiones podrían estar interesadas. Habrá que adaptarlo en cuestión de tiempo.
P: ¿Qué proyectos futuros tiene?
R: Soy de proyectos de largo recorrido. Ahora estoy siguiendo un proyecto de la Unión Europea con sus vecinos del mundo árabe que puede estar interesante. Tengo otro proyecto más cuajado aunque a fecha de hoy no sé adónde me lleva ni qué voy a hacer. Desde el año 2008 sigo a un boxeador, un chaval de Alcalá de Guadaira. Y después dentro de no desvelar demasiado y mantener el secretismo de lo que estoy haciendo quiero emprender algún proyecto relacionado con la mujer. Se me critica mucho y me dicen que a ver cuándo salgo del armario que siempre hago temas de pescadores, boxeadores, corcheros... siempre mundos de hombres. El tema de género me seduce pero tengo que investigar mucho.
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